Vivir de tu arte ¿Cómo trabajar en algo no relacionado con mi arte sin sentirme culpable?

He decidido vivir del arte, pero me siento culpable cuando no lo hago de la forma tan pura cómo la pienso, sino que la combino con un emprendimiento.

El ejemplo claro que he tenido toda mi existencia es mi carrera de ventas y marketing, todas las habilidades que aprendí como escritor, narrador, actor, creador, filósofo y estratega me han ayudado en esta carrera.

Al final todo acaba en un papel, en una presentación, en un contenido multimedia en el que utilizó la letra, mi voz y mis ideas para colocar alguna oferta, para vender una idea, la gran mayoría de mis proyectos y emprendimientos han sido soluciones que creo, produzco y elevo.

Pero una voz dentro me dice, no eres un artista, no estás viajando como debieras, no eres el trotamundos que soñaste ser, y bien he manejado más de un millón de kilómetros, conocido miles de ciudades, estado de menos el 25 por ciento de mi vida de viaje y he escrito miles de poemas.

Pero no es suficiente, lo sé, lo siento, lo creo, pero justo en este momento escribo para clarificar y para ayudarme y ayudar a otros a ser más indulgentes consigo mismo, conmigo mismo.

Pues esta voz maldita que me recrimina es lo que puede acabar con ambas empresas, si no estoy contento no creo, si no creo no logro, si no logro, me entristezco, y entro en el insondable lamento.

En él está el silencio, la frustración, el brote regresa a la semilla, mis manos se quedan quietas y justo este es mi mayor temor, la falta de creación, el abandono de la musa, de la letra, del sol, de la pasión.

El arte es descubrimiento y derrite las máscaras de lo que creemos que somos, es donde los arquetipos se desnudan, donde salimos del molde como nuevos hombres, en el momento en el que renacemos.

La creación más genuina y benéfica que tenemos es la de nuestra vida, es la única obra de arte que disfrutamos desde que es una idea hasta que se completa, el arte más grande es el que creamos, somos, encarnamos.

La existencia es un reto de creación, lo mismo el ganar dinero, al ver el día crearse, cuando sale el sol del agua me doy cuenta de que la aventura continua, doy gracias de tener el reto de buscar qué proyecto crear, continuar, avanzar.

Ser artista no es sólo crear arte, es un estilo de vida, una actitud desafiante, la aceptación de un reto creativo, de tomar el material tiempo y crear con él una canción, o una sinfonía, solos o con una orquesta, a veces solo por el gusto de interpretarla otro para obtener algunos números en la cuenta, energía para el proyecto que yo quiera.

Género para invertir en mi, género para compartir, género para dar y recibir, al final y al principio es lo mismo, arte y emprendimiento, en los dos se intercambian preciosos objetos, desde una fruta hasta una poesía, una sonrisa, un viaje, una fotografía.

El arte está en el que lo ve, en el que lo disfruta, el que determina el valor, incluso el estético, es un concepto, a veces un secreto, que solo entienden el que lo crea y el que lo disfruta o utiliza.

La satisfacción generalmente es mutua, sucede entre el que lo da y el que lo experimenta, el arte es un orgasmo expresivo infinito y entre más nos esforcemos por obtenerlo lo haremos.

Tal vez me siento culpable, porque me he acostumbrado a dejarlo en segundo plano cuando me he dedicado a obtener también dinero con lo que hago y creo ahí está la clave, el celo del arte por no contemplarlo.

Cuando ceso de buscar la trascendencia en aquello que creo es cuando me pierdo, y ahí es donde soy culpable, y la culpa hija del miedo, es el no cumplimiento de un deber autoimpuesto.

Yo creo el deber y yo decido si sigo o no su consejo, soy el creador y el dueño, nadie más que yo me hace sentir culpable, aquí el reclamo es mi yo trascendente, consciente llamándome.

El trabajo es solo un juego, Edgardo, lo es también el arte, lo único que en realidad existe, subsiste, es la experiencia y el aprendizaje, el arte tiene siempre la solución, pues es la creación misma, el vértice donde fin y origen convergen.

Ser artista no es solo crear, sino es una forma de ver la vida, de analizarla, de disfrutarla, de entenderla y aprender de ella y también explotarla para conseguir riqueza.